Soy Emilio, astrólogo profesional, y te ayudo a hacerle cosquillas al cosmos…

… para que el cosmos se ría contigo, te cuente sus secretos y te ayude a surfear las olas vitales

Boletín Astrológico: del 20 al 26 de julio 2020

¡Qué movida con esto de los Boletines cortos, no? Todo esto lo digo porque la semana pasada teníamos sólo dos aspectos… y esta semana… pues un par de cositas más y parando de contar.

Claro, hay novilunio —dos novilunios en Cáncer este mes, que telita marinera— y tendremos nuevo ciclo con el ingreso del Sol en Leo —que de pronto apetece y se ajusta mucho al espíritu veraniego, al mambonamberfaiv y a la barbacoa de Georgie Dann, COVIDs mediante.

Por lo demás y, a pesar de todo, un pelotazo de nostalgia en el ambiente, mucha familia guerreando, álbumes de fotos, vaivenes emocionales, viejos y madres enfrentados. Vamos, Luna y más Luna hasta que el Sol salga del cangrejo y todavía por ahí anda Mercurio al menos directo y vaya que se agradece.

Estamos con un ambiente como de calma traicionera, una suerte de ni-me-mires-ni-me-toques que hemos de coger con pinzas. Recordadlo: aprovechad para empujar vuestros proyectos y disfrutad con cuidadito más allá de los brotes, que el apretón todavía no llega hasta septiembre —y octubre, joder, y octubre.

Empecemos entonces.

Esta semana la estrenamos el lunes 20 ya con el novilunio, novilunio. La Luna Nueva, la segunda cangrejera, de hecho se da casi a finales de signo y ni siquiera tan lejos de donde —allá por marzo se juntaron Marte y Saturno en Acuario — y por donde también se unirán en diciembre Júpiter y Saturno.

Todo esto lo menciono porque el cosmos tiene memoria, ¿lo sabíais? Como cuando dicen eso de que los dientes tienen memoria… Pues el cosmos también. Y cuando algo gordo se da ahí arriba, la zona queda sensibilizada y cada vez que pasa por allá otro planeta o se produce una conjunción u otro eclipse o lo que os salga de la genitalia pues el cosmos se irrita, o se ríe, o le sale sarpullido y esas cosas.

Así, por ejemplo, este año un montón de astrólogos no hemos parado de hablar de la zona de Capri alrededor del grado 23 —esto ya es para que lo sepáis de memoria, ¿verdad? Esa sería la zona candente del 2020. Yeah.

Pero es que luego están las zonas candentes del 2021 —y esas están por el grado 0 o 1 de Acuario (y más adelante por el grado 10). Todo esto viene porque el novilunio, novilunio, esto es, la Luna Nueva de la semana junta a la Luna y al Sol en nuestro signo más madrero, nostálgico, protector y hasta nacionalista, esto es, en Cáncer y en el grado 28.

Y no es una lunación fácil, perdonad pero no. Y es que Saturno le está plantando una oposición de narices desde Capricornio. ¿Y por qué grado anda Capri? Pues claro, por el grado 28 —que no te queda tan lejos de esa zona Acuario que ya anda calentita.

Puestos a tirar del hilo podemos conjeturar lo siguiente:

  1. Que aquellos nativos cardinales con planetitas en el último grado, cumpliendo sobre el 19 de su mes. Sean Aries, Libra, Cáncer o Capri —sin ir más lejos, todos los que cumplen en este inicio de semana— todavía tienen una etapa un tanto de montaña emocional.
  2. Que no estaría mal, de pronto, por tirar del hilo, por unir casualidades, echarle un vistazo a lo que andábamos haciendo a finales de marzo ya que de pronto podría moverse asuntos y emociones de la época.
  3. Y del resto no os cuento más, que para eso tengo los coaching astrológicos y hay que pagar el alquiler.

Total, que novilunio, novilunio.  Y que unas horas más tardes, en ese mismo día, se produce ya la oposición exacta entre Saturno en Capricornio y el Sol en Cáncer.

Si tenemos en cuenta que las oposiciones son bloqueos y tiras y aflojas y a ver quién se pone de acuerdo y si también tenemos en cuenta las regencias —por favor, las regencias, los estados cósmicos, ¡hay que saberlos!— os daréis cuenta de que Saturno no recibe muy bien a ese Sol (ni a esa Luna). Por eso es una oposición muy cruel y restrictiva para las emociones. Se penaliza el afecto, las ganas de llorar, se dan indigestiones y afloran recuerdos no tan agradables. En las casas se pelea. Y se pasa hambre sentimental.

Eso el lunes.

Luego el miércoles 22 ya tenemos, por fin, cambio de signo. El Sol sale de Cáncer e ingresa en Leo. El Sol está bien puesto en Leo y es un signo bonito —signo de gobernantes en el sentido clásico y justo de la palabra, esto es, alguien que centraliza, que brilla pero permite que el resto brille a su alrededor en armonía.

Una pena que ya toda esta solaridad se haya pervertido y hoy día hay más tunantes que gobernantes. Pero, en cualquier caso, el arquetipo clásico funciona así y aquí tenéis su bellísimo especial.

Desde ya —pero sobre todo a partir del miércoles— felicidades a todos esos leones, a todas esas leonas, a todxs esxs leonxs.

Además, el mismo miércoles tendremos —volveremos a tener ya que es un aspecto que se repitió— un sextil entre Mercurio en Cáncer y Urano en Tauro para pensar diferente, sentirnos modernos, mandar fotos por whatsap y por telepatía. Cosas de Mercurio —comunicación— y de las moderneces y extravagancias metidas con calzador de Urano en Tauro.

Y eso sería todo. Quizá mencionar por último que la Luna se paseará por Cáncer, Leo, Virgo y se despedirá de la semana en Libra.

Chimpón.

***

Y ahora sí, el corta y pega.

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Contadme cómo estáis. Qué tal el invierno o el verano. Qué tal van las vacaciones para las que los tengan. O los próximos planes. Son tiempos extraños para la lírica pero los planetas siguen girando, que no os quepa duda.

Yo os abrazo muy cerquita del mar.

Nos leemos pronto, nos vemos en los talleres, en las consultas, en los parques, en los lagos, en sueños, en mi tierra, en Berlín o por telepatía; abrazos, abrazos.

Emilio

Imagen de Manolo Franco en Pixabay

 

 

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