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Boletín Astrológico: Semana del 15 al 21 de Abril 2019

A ver. Normalmente no escribo los Boletines con antelación. Intento sentarme el viernes o, sobre todo, el sábado, pero lo normal es que me pille el toro de los domingos.
Tampoco es que me resulte un problema: adoro este ritual y, como desde que me pasó Saturno por el Ascendente, me he convertido en un viejito, se adapta muy bien a mis madrugones dominicales y costumbres cuasi ascéticas al medievo.
Pero en fin, siempre hay una primera vez para todo y aquí me tenéis hoy, jueves —día de Júpiter, que, por cierto inicia su retrogradación— destripando el telediario cósmico de la semana que viene. Si el mundo no se termina, si los astros no se deciden girar alrededor de otra estrella y si yo no me despisto mirando las efemérides, esto será lo que nos encontraremos…
¡Booooooletínnnnnnnnnnnnn!
Pues se trata de una semanita interesante. No tiene, desde luego, todo el colorido de la anterior —cargadita de aspectos gordotes como la conjunción de Venus y Neptuno y los aspectos duros al Sol en Aries— pero repetimos Luna Llena y cambiamos varios planetas de signo. O sea, que hay movimiento. Siempre hay movimiento.
Veamos.
Los primeros aspectos de la semana los encontramos el mismo lunes 15, de la mano de Venus en Piscis. Primero, el sextil a Plutón en Capri; luego la cuadratura a Júpiter a Sagitario, todo por el grado 24.
Yo sigo opinando que algunos Piscis y la zona Piscis de cualquier carta natal andan entre un mundo de algodones de azúcar, energías califragilísticas, despistes y descontroles. Fijaos: el sutil sextil a Plutón da magnetismo, profundidad, intensidad y ganas de llegar al meollo de cualquier cuestión. Júpiter, por su parte, ensancha lo que toca —y en cuadratura, todavía más y, quizá, peor— pero, claro, es un Júpiter benigno y un Venus que lo recibe por regencias, vamos, que el combo acaba resultando super chachi piruli. Flores, estudios artísticos y espirituales, mujeres viajeras y sanadoras, chamanes, monjas, profesores, pintoras, vulvas y mariposas. Ea. He dicho.
Luego el miércoles 17 vivimos el primer cambio de signo —y bastante importante, de hecho— y es que Mercurio sale totalmente de su sombra y de la energía confusa de Piscis e ingresa en Aries. Recordad que hemos tenido Mercurio en Piscis para rato —desde el 10 de febrero, entre ires y venires—así que este cambio zodiacal debe sentirse agresivo, potente, entusiasmado. Algo así como despertarse después de un largo sueño a un día soleado, con mucho tráfico y ruido, beberse un café y tirarse a la calle a guerrear.
Mercurio en Aries es directo y espontáneo, gasta buena intuición y a veces le pierden las prisas: lo tenía Van Gogh, Leonardo Da Vinci y el cabronazo de Hitler y todavía lo usan Mariah Carey y el poco fiable de Mark Zuckerberg.
Evidentemente, este tránsito viene a beneficiar a los arianos —y a mover la zona Aries de cualquier carta natal— atrayendo movimiento, noticias, comercios, transacciones, ingenios y comunicación. Los carneritos andarán todavía más rápidos y emprendedores, nerviosos y curiosillos. Ojito también porque a su paso por Aries, Mercurio se topará con Saturno y Plutón, lo que no le hará ni puñetera gracia, pero también gozará del trígono de Júpiter. Cuidado con los dolores de cabeza, con las prisas, con cierta metedura y/o torcedura de pata ariana. Lo tendremos hasta el 3 de mayo.
Este año, además, vamos a vivir dos Lunas Llenas en Libra. La primera la tuvimos el 21 de marzo, un día después del comienzo de la primavera (o el otoño) y venía durita, con un Venus cuadrado a Marte, sus mujeres cabreadas y lo femenino puesto a prueba en este sistema injusto.
Pues, bien, este viernes 19 repetimos plenilunio en Libra y, si bien el Venus de esta lunación se encuentra bastante bien puesto, la cercanía de Urano en Tauro no se anda con chiquitas: portazos, divorcios, separaciones, ahí te quedas, no me cuentes historias, y mejor solo o sola que mal acompañado/a. Para colmo, el plenilunio se da en el grado 29, un grado complejo para algunos astrólogos: muchos lo llaman grado de pérdida; hay quien asegura que el planeta se debilita y otros que afirman que, justo al contrario, el planeta se vigoriza y se aferra, endemoniado, a las cualidades del signo en cuestión, antes de abandonarlo. Yo no tengo la respuesta. Sorry. Lo que sí os puedo corroborar es que lo mismo andáis alterados, hipersensibles o protestones en los días alrededor del plenilunio, así como en los siguientes y, no olvidadlo, siempre en función de cada carta.
Terminamos el sábado 20 y sus otros dos cambios planetarios. Y es que sábado, sabadete, camisa nueva y casquete y, entre ducha y ducha, Venus se despide de Piscis y entra en Aries.
A ver. Venus en Aries… Estos días lo mencionaba en un post —era una foto de Vivienne Westwood, que tiene también esta Venus… Os contaba eso que dicen los antiguos, eso de que Venus en Aries está en destierro y que no lo veían una configuración muy beneficiosa.
Tenéis que tener en cuenta que estas apreciaciones clásicas son bastante categóricas y no hay que seguirlas al pie de la letra —de hecho, no debiérais seguir al pie de la letra nada de lo que se os diga, mejor experimentadlo por vosotros mismos. Pero a lo que voy: que vale que Venus en Aries no es la más tierna ni amable, pero es una Venus deportista, lanzada, con gusto por el riesgo, un poquito de alpinismo, nos echamos unas carreras, nos echamos unos polvos, me enamoro de ti y luego me enamoro de otro, infantil y, a veces, un poco tonta. Es lo que tiene Aries, que es un niño pequeño.
Lo bonito es que vendrá a endulzar —a su manera— a los arianos: que si invitaciones, que si besitos, que si piropos, que si una tarde surfeando o tirándonos de puenting. Venus no tiende a dañar con aspectos tensos —es demasiado flexible, adaptable, ligerita— pero con las mismas podría ser que los otros signos cardinales —Cáncer, Libra y Capricornio— se vean metidos en compromisos u obligados a agradar y poner buena cara sin tener gana niguna. Lo mismo a Libra se le da medio bien, pero Cáncer y Capri que me cuenten.
El sábado, además, tras las duchitas, cambiadas las sábanas, asaltado la nevera y los cigarrillos, el Sol se despedirá de Aries e ingresará en Tauro. Vamos, que entramos en el mes taurino, mayo y sus flores.
¡Qué bonito Tauro! Un arquetipo un poco clasista, todo hay que decirlo, no olvidemos que rige las iglesias, bancos y latifundios, pero qué lindos los olores, los masajes y la naturaleza. Claro, esta idea taurina del taurino de-aquí-no-me-muevas va a pasar ciertas alteraciones en los próximos años con el tránsito de Urano, para bien y para mal. De hecho, los nativos del primer decanato, esos que cumplen alrededor del 21 de abril, ya llevan una temporada experimentándolo.
Pero eso, que feliz retorno solar, toritos. Y que vaya torito, ay torito bravo, lleva botines y no va descalzo. Y el que quiera leer mi especial sobre Tauro, pues que le haga clic aquí, que opine y comparta.
Ea, se acabó.

*

Ahora sí. Ya me despido. Como siempre, un trillón de gracias por leer. ¡Por compartir! Por la guasa. Por preguntar. Por relatar vuestras experiencias. También por vuestros Likes.

Recordad que podéis seguirme en facebook, twitter, instagram y youtube. Os abrazo telepáticamente desde Berlín y este frío que regresó. Porque frío, frío, como el agua del río, o caliente, como agua de la fuente. Muy feliz, intrépida y colorida semana. 

Emilio P. Millán

 

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1 Comentario

  1. ¿Cómo ve las próximas elecciones del 28 de abril? ¿Habrá sorpresas? Gracias.

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